Desde el 2019 hablar de “Smart Spaces” o “Smart World” se convirtió en tendencia en el mundo de la tecnología. A raíz de la migración a lo digital, incentivada por la coyuntura global, en 2021 fueron evidentes los cambios en las realidades operativas de los negocios y este fenómeno generó un despliegue mucho más avanzado de estos sistemas.
Los espacios inteligentes son ambientes interactivos físicos o digitales en los que humanos y maquinas pueden comunicarse abiertamente. Estos tienen como objetivo cambiar la forma en que nos relacionamos con el mundo y permitir que cada vez sea más sencilla la adaptación de nueva tecnología a nuestra cotidianidad. La versatilidad de estos modelos es amplia. Por ejemplo, puede abarcar desde la implementación de un módulo virtual de autogestión en la oficina de los bancos (al que ya estamos acostumbrados y usamos con frecuencia), hasta el software de un supermercado que indica la cantidad de personas presentes en aforo y si es seguro en términos de bioseguridad por COVID-19.
Sin embargo, el poder de estos espacios no se limita únicamente a estas aplicaciones; según la revista tecnológica Gartner, se espera que esta tendencia se masifique en el mercado en los siguientes 3 a 6 años. Los módulos bancarios de autogestión que conocemos van a evolucionar y cada vez serán más sofisticados; en algunos años la adaptación inteligente de la banca no se limitará solo a estos módulos, todas las sucursales serán espacios inteligentes con los que vamos a interactuar, sin ayuda o asistencia de un asesor bancario como es costumbre.
En algunos países esta tendencia se ha implantado con éxito en negocios a gran escala. Un ejemplo es Amazon en Estados Unidos, que cuenta con supermercados inteligentes que ofrecen un ambiente interactivo entre máquinas y humanos. Este se considera un Smart Space, ya que desde el primer momento en que el cliente entra al establecimiento, este reconoce quién es -y si es un cliente frecuente-; le permite incluir artículos a su carro de compras, que se cargan directamente a su cuenta de Amazon sin necesidad de interacción humana en caja. Además, gracias a los datos que obtienen con cada visita, el algoritmo organiza las listas de mercado y guía a las personas en el almacén a los pasillos donde están ubicados los productos de su interés, para visitas al supermercado cada vez más rápidas.
Por otro lado, hay países europeos donde ya se empieza a hablar de “Ciudades inteligentes” como mecanismo de los gobiernos para digitalizar a sus habitantes. En Viena, Austria, el gobierno desarrolló un asistente virtual que funciona a modo ChatBot dirigido a turistas y residentes con información de interés sobre la ciudad, a través de Facebook Messenger. El robot aprende por medio de inteligencia artificial y así realiza sugerencias personalizadas de todo tipo.
Sin duda, los espacios inteligentes llegaron para quedarse y los hemos venido adaptando a nuestra cotidianidad de manera tan sutil que ni lo hemos notado. En Sophos Solutions estamos a la vanguardia de esta tendencia y ya la hemos aplicado con nuestros clientes. Un ejemplo reciente es el trabajo que realizamos para apoyar a InverCap Afore en su modelo de autoservicio en sucursal, con el que los clientes del fondo de pensión mexicano pueden interactuar desde sus oficinas físicas, y resolver sus requerimientos sin la ayuda o asistencia de otro ser humano. Esto fue posible por medio de módulos de autoservicio que se gestionan desde el espacio inteligente y cuentan con prácticas UX-UI -un catálogo de trámites con instrucciones claras y contenido explicito que ayude al viaje del usuario- y una interfaz intuitiva que brinda seguridad, confianza, y la automatización de consultas para la obtención de información histórica con datos exactos y en tiempo real. (Lee el caso de éxito de INVERCAP aquí).
Es solo cuestión de años para empezar a ver espacios totalmente interactivos en todo tipo de establecimientos, reemplazando la necesidad de asistencia humana y simplificando la forma en que nos relacionamos con el mundo exterior.
